La actividad, denominada "La pupuseada por San Vicente", inició en el parque Bristow, en Commerce, en donde - además de las pupusas - vendieron otros platos típicos y refrescos.
Uno de los que se unió a la buena iniciativa fue Mario Trejos, oriundo de Usulután. Junto a su esposa, María Inés Sanabria, de San Salvador, escucharon el llamado de los organizadores y se movilizaron en su camioneta, la que llenaron con artículos.
"Trajimos ropa, zapatos y películas para los niños", manifestó Trejos, mientras bajaba las bolsas de su carro en el Parque Bristow. "La gente necesita de nuestra ayuda y es el momento de darla".
Mientras tanto, en el estacionamiento de uno de los supermercados Liborio, varias empresas se unieron para donar lo que vendieran, a la causa de los damnificados de la tormenta Ida.
Al estacionamiento de uno de esos supermercados también llegó el agente del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD), Javier Mancía, quien emigró de El Salvador cuando tenía 17 años. A pesar del tiempo y la distancia, aseguró que el amor que siente por su país es muy fuerte y por eso contribuyó con la causa.
Pero su intención no llegó hasta allí. Él solicitó un permiso al capitán de su división para realizar una actividad de recaudación entre sus compañeros en la estación Rampart. El domingo aún buscaba ayuda para enviar lo recolectado a El Salvador.
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